Peregrinación a Luján, una masiva manifestación de fe
La Virgen de Luján es una venerada advocación de la Virgen María. Tanta importancia tiene que es considerada como la patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay. Esto se debe a que monseñor Francisco Alberti solicitó en 1930 al papa Pío XI que la declarara patrona conjunta de las tres repúblicas. Una bula papal concedió su ruego el 8 de diciembre de ese año. La peregrinación a Luján había comenzado ya sin embargo en 1893.
Aunque la primera peregrinación contó únicamente con cuatrocientos hombres, los años siguientes vieron cómo se incrementaba progresivamente su número. Aunque sin duda la mayor fama la tiene la peregrinación juvenil a pie, la cual comenzó en el año 1975. Desde entonces su asistencia se ha convertido en masiva para honrar a la Virgen de Luján.
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Historia de la Virgen y de la peregrinación a Luján
La devoción por esta advocación mariana comienza en 1630. Un hacendado portugués llamado Antonio Farías Sáa que vivía en Sumampa, decidió dedicar una capilla en sus terrenos en honor a la Virgen. Pidió entonces a un compatriota afincado en Brasil una imagen de la Inmacualda Concepción.
Con el objetivo de que pudiera decidir, su compatriota le envió dos imágenes. En mayo de 1630 llegaron al puerto de Buenos Aires. Fueron colocadas en dos cajones y cargadas en una carreta. Al tercer día de viaje la caravana en la que iba la carreta se detuvo a cinco leguas de la ciudad de Luján. Los viajeros hicieron noche en la estancia de Rosendo de Trigueros, situada en el paraje de Zelaya.
Cuando intentaron iniciar la marcha al día siguiente, los bueyes no eran capaces de desplazar la carreta. Tras varios intentos sin éxito, bajaron uno de los cajones y así pudieron continuar la marcha. Al mirar en el cajón abandonado encontraron una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción elaborada con arcilla cocida.
Los fieles consideraron el suceso como algo de carácter providencial y se lo entregaron a Rosendo de Trigueros. La familia, emocionada por el suceso, la colocó en su casa y la historia corrió por todos lados hasta llegar a Buenos Aires.
Don Rosendo puso al cuidado de la capilla a un pequeño esclavo. Se encargaba de mantener encendida una lámpara al pie del oratorio. Aunque Don Rosendo falleció y se quedó el lugar medio abandonado, el esclavo permaneció siempre al lado de la Virgen cuidándola. Desde 1630 a1674 estuvo la Virgen allí.
Hasta que Doña Ana Mattos, una señora con grandes propiedades a orillas del río Luján, habló con el cura y el administrador de los bienes de Don Rosendo y se la llevó a su casa. Sin embargo, desaparecía y aparecía luego en su antigua capilla. Ocurrió dos veces. Entonces Doña Ana Mattos fue con las autoridades civiles y eclesiásticas al lugar. Se llevaron en peregrinación a la Virgen junto al esclavo que la cuidaba. Tras ese devoto traslado la imagen no volvió a moverse. Con el tiempo Doña Ana donó el terreno en para hacer allí un nuevo templo en 1677, que es el lugar donde se encuentra la actual basílica.
Peregrinación a Luján
La primera tuvo lugar el 29 de octubre de 1893. Fue organizada por el padre Federico Grote, conocido por fundar los Círculos Católicos Obreros. Cuatrocientos hombres acudieron a ver a la Virgen y solicitar protección para la obra. Año tras año se fue incrementando considerablemente el número de peregrinos. El 8 de mayo, el día de su festividad, los fieles peregrinan a Luján para honrar a la Virgen.
Pero la más famosa peregrinación a Luján es la realizada a pie por los jóvenes. La primera fue en 1975, con 30.000 jóvenes asistiendo al lugar. A partir de ese año el incremento de jóvenes peregrinos ha sido espectacular, convirtiéndose anualmente en la mayor manifestación de fe en Argentina. Tiene lugar cada primer fin de semana de octubre.
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