Perséfone, la reina del inframundo en la mitología griega
La mitología griega está llena de extrañas y novelescas historias que han trascendido a lo largo de los siglos hasta nuestros días. La mayoría de estas míticas historias sirven en realidad para explicar procesos naturales, como pueden ser, por ejemplo, el cambio de estaciones. Algo que ocurre con el mito de Perséfone.
Respecto a esta diosa griega se han establecido diversas teorías, algunas de las cuales remontan su culto a una época anterior a Grecia. Concretamente lo consideran como una continuación de una veneración ya existente en el Neolítico.
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La fama de Perséfone está relacionada con la intensidad emocional que muestra su historia. Y es que pasó de ser una inocente doncella, feliz y risueña, a convertirse en la dura reina del inframundo. Todo ello debido al rapto al que fue sometida por Hades, tras enamorarse de ella. La tercera en discordia de esta historia es Deméter, su madre, que llora a su hija ausente y se alegra cada periodo que el rey del inframundo le permite salir de allí para estar con ella.
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El rapto de Perséfone
Las fuentes clásicas mayoritarias contemplan que los progenitores de Perséfone eran Zeus y Deméter. Ésta era la diosa de la agricultura y de las tierras fértiles. Llevaba una vida tranquila hasta el momento en el que el dios del inframundo, Hades, decidió raptar a su hija. La inocente doncella disfrutaba recogiendo flores junto a su coro de ninfas cuando, de repente, Hades surgió de una grieta del suelo conduciendo un coche guiado por caballos infernales. Acto seguido cogió a Perséfone y se la llevó al inframundo con él. Como castigo a las ninfas por no ayudarla, fueron convertidas en sirenas para siempre.
Deméter quedó desolada. No conseguía por ningún sitio información sobre el paradero de su hija. Tanto le dolía esta situación que culpó a la humanidad de ello y evitó desde ese momento que los campos fueran fértiles. La tierra agonizaba. Zeus terminó interviniendo para evitar la hambruna existente en el mundo. Negoció en Hades la devolución y envió a Hermes para traerla de vuelta.
Como Hades no quería enemistarse con Zeus, ideó un plan para retenerla. Sabía que si alguien, fuese dios o mortal, comía algo en el inframundo ya no tenía derecho a salir de él. Por lo que ofreció una semilla de granada a la inocente Perséfone, la cual cayó en la trampa. Zeus tuvo que volver a negociar y esta vez consiguió que unos meses al año pudiera salir del inframundo para estar con su madre.
El acuerdo dio lugar a que cuando Perséfone llegaba a casa con su madre, la tierra florecía y el mundo se mostraba alegre. Cuando le tocaba marcharse al inframundo, la tierra se quedaba estéril y llegaba el invierno. Sin duda una manera muy poética de explicar el cambio de estaciones.
Así que en el mito de Perséfone se juntan dos formas de ser: la inocente doncella secuestrada que vuelve unos meses al año para estar feliz con su madre, y la terrible reina que gobierna con mano de hierro el inframundo.
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