Dolomita, la piedra que calma la mente y consuela las penas
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A lo largo de la historia, podemos encontrar algunas piedras de las que, por haber sido confundidas y clasificadas en otro grupo equivocado, apenas existen viejas tradiciones sobre ellas. Es el caso de la dolomita, con un descubrimiento relativamente reciente.
Fue en el año 1791, cuando el geólogo francés Déodat Grate,t de Dolomieu, halló durante sus viajes por los Alpes un tipo de rocas calizas que resultaban diferentes de lo que hasta ese momento se entendía por rocas calizas. Pasaron unos pocos años, prácticamente a principios del siglo XIX, hasta que llegó a analizarse su composición. Y es que hasta entonces era clasificada como calcita.
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La dolomita, sin embargo, está compuesta por carbonato de calcio y magnesio. Poco a poco se fueron descubriendo las diversas propiedades beneficiosas para la salud que posee. Gracias a ello, este mineral adquirió cada vez más importancia. Pero, también genera beneficios espirituales y anímicos muy interesantes.
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Propiedades energéticas de la dolomita
La dolomita aumenta la confianza en uno mismo, lo que permite que la persona pueda autorealizarse plenamente. Su poder hace que podamos ser nosotros mismos sin necesidad de crear una máscara bajo la que ocultar nuestro verdadero yo a los demás. Facilita la materialización de aquellos objetivos que nos hemos propuesto de una manera muy sencilla y ayuda a estimular el sentido común.
Resulta muy eficaz a la hora de calmar la mente. Así, podemos conseguir la tranquilidad necesaria para poder alcanzar un estado profundo de meditación. El sosiego que aporta, es muy indicado para las personas que vivan angustiadas por la soledad o les cueste conciliar el sueño revitalizador debido a sus continuas pesadillas.
La dolomita potencia la actuación de manera creativa y espontánea, sin preocuparnos por el qué pueden opinar los demás. Algo que nos genera libertad y confianza en nosotros mismos. Reduce el dolor causado por las penas, al igual que minimiza actitudes negativas como la ira, generando un estado de calma que permite estabilizarnos emocionalmente.
Beneficios físicos de la dolomita
- Debido al gran porcentaje de calcio que posee constituye una gran ayuda para hacer frente a la osteoporosis, favoreciendo el incremento de la masa ósea y previniendo por tanto el deterioro de los huesos.
- Gracias a ella las articulaciones de nuestro cuerpo estarán fuertes y sanas.
- Repara la capa de esmalte de nuestros dientes, haciéndolos más resistentes y saludables.
- Alivia los problemas de acidez del estómago. Ejerce una función de antiácido natural.
- El magnesio que posee la dolomita actúa como tranquilizante natural en nuestro organismo. Favorece así la salud de nuestro sistema nervioso.
La dolomita, por tanto, es un mineral que resulta muy beneficioso para las personas, tanto por sus efectos sobre el cuerpo como sobre el espíritu.
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