Quinta dimensión, el nivel de conciencia libre de negatividad
El mundo físico que nos rodea establece la percepción de la realidad que tienen los seres humanos. Nuestros sentidos captan la anchura, altura y profundidad de las cosas. Pero hay mucho más de lo que vemos. Existen otros mundos, otras dimensiones ocultas al a vista de los ojos pero no del alma. La quinta dimensión es una de ellas.
Y es que la conciencia de los seres humanos es una parte o prolongación de una conciencia primordial. Somos parte del todo pero tardamos demasiado tiempo en comprenderlo. Cuando lo hacemos iniciamos el camino hacia la Fuente que nos vio nacer.
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La quinta dimensión constituye un nivel de conciencia diferente, elevado y carente de cualquier tipo de sensación negativa. Algunos estudiosos auguran que con el tiempo los seres humanos seremos capaces de llegar a este nivel superior. Para alcanzarla tenemos que realizar un cambio de energía, lo que se denomina un ascenso espiritual.
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Hacia la quinta dimensión
La tercera dimensión constituye nuestro mundo material, aquel en el que existe un tiempo de carácter lineal. En ella la energía es materia densa. Los hombres son materialistas, les interesa aquello que es físico. Además son capaces de percibir dualidades como lo bueno y lo malo. El espíritu se encuentra preso en un cubo, sometido a las leyes físicas y es capaz de realizar acciones crueles.
El mundo onírico se encuentra en la cuarta dimensión. Podemos entrar en ella gracias a los sueños o a través de la meditación. Mucho menos densa que la tercera dimensión, el espíritu fluye con más facilidad por sus dominios. No obstante todavía es posible percibir entidades negativas o sentir miedo. Estamos ante una dimensión de transición.
La quinta dimensión significa la realidad superior. En ella habita una energía pura que posee la misma frecuencia electromagnética que la Fuente originaria que proviene. Las limitaciones físicas desaparecen, al igual que las dualidades. En este nivel superior predomina la sensación de amor y felicidad, libre de cualquier tipo de miedo.
Quinta dimensión y síntomas de que nos acercamos a ella
- Para conseguir el cambio de energía deberemos armonizarnos con las frecuencias electromagnéticas de esta realidad superior. Determinados síntomas físicos o mentales nos avisan de la posible cercanía de la conexión.
- Sensaciones parecidas a la ansiedad psicológica, como pueden ser la angustia, el nerviosismo o la confusión.
- Náuseas y respiración acelerada vinculados también a la angustia.
- Vértigo y zumbidos en los oídos.
- Dolores de cabeza súbitos, sobre todo cuando se encuentran cerca aparatos electrónicos.
- Incremento del interés por los temas relacionados con la naturaleza, la religión, la física cuántica o los extraterrestres.
- Conocimiento y facilidad para interactuar con entidades desconocidas.
Todos estos síntomas advierten de un posible despertar energético que nos puede llevar a iniciar el camino que nos lleve hasta la quinta dimensión. Y es que cada vez más, los seres humanos se van dando cuenta de que la tercera dimensión en la que viven no es la única realidad.
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