Sijismo, una religión monoteísta con 30 millones de fieles
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El mundo es una curiosa amalgama de culturas y religiones que luchan por intentar convivir de la mejor manera posible, sin lograrlo con éxito, desgraciadamente, en un buen número de ocasiones. Entre las múltiples religiones existentes, el Sijismo es una de ellas.
Se trata de una religión monoteísta, surgida en la India, hace poco más de quinientos años. Fue fundada por Gurú Nanak y se desarrolló dentro del complicado contexto histórico de las luchas doctrinales del hinduismo y el islamismo de los siglos XVI y XVII.
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A lo largo de los siglos, los seguidores del Sijismo han ido creciendo hasta llegar a los treinta millones, convirtiéndose en la novena religión mundial en función del número de creyentes. La mayoría de los seguidores se encuentran en la India y se les conoce como sijes.
La estética de los varones practicantes es muy reconocible. Van ataviados con un turbante, los cuales son considerados sagrados, y no se afeitan la barba. Esta peculiar indumentaria les ha hecho a menudo ser confundidos con musulmanes, sobre todo tras los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, y ser atacados por grupos incontrolados que buscaban venganza.
Sin embargo, su religión es pacífica, siguiendo las enseñanzas del Gurú Nanak, que predicaba un mensaje de amor en el que todas las religiones eran buenas.
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Creencias del Sijismo
La principal es que están convencidos de la existencia de un único dios. El considerar a este dios como Uno, hace que se diferencie de otro tipo de religiones, como puede ser la cristiana, en la que el dios principal se subdivide a su vez en tres personas sagradas (Padre, Hijo y Espíritu Santo), formando así la Santísima Trinidad.
Este concepto de unidad divina se complementa con las enseñanzas proclamadas por los Diez Gurús sijes, junto con la de otros sabios hindúes y musulmanes, están recogidas en el Gurú-grant-sajib. Entre dichas enseñanzas podemos destacar:
- La igualdad entre los hombres. Al contemplar a Dios en cada persona no se puede discriminar a nadie por cuestión de casta, raza, religión, sexo o estatus social.
- Tener a Dios siempre presente en nuestras vidas. Es lo que ellos llaman practicar el simram, que es la rememoración de Dios.
- Practicar la compasión, la humildad, el amor, decir siempre la verdad. Para ello también hay que suprimir la codicia, la ira o la lujuria, que a menudo habitan en el interior de los hombres.
- Practicar el sewa, que es como denominan a realizar un servicio desinteresado en favor de la comunidad y sociedad de la que forman parte siempre que sea posible.
- Estar dispuestos a luchar por los derechos de los más débiles y necesitados, evitando así la injusticia y promulgando la igualdad entre los hombres.
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