5 ritos tibetanos para la eterna juventud
Los ritos tibetanos de la eterna juventud, son ejercicios de posturas yoga, altamente energizantes que se originaron en los Himalaya realizados con el fin de rejuvenecer el cuerpo.
Está demostrado que su poder mejora la salud en muchos aspectos. Hace dos mil años los monjes tibetanos sostuvieron que el proceso de envejecimiento podía ser revertido, y desarrollaron los ritos condensando a 21 ejercicios yogas en 5. Lo que antes tomaba un par de horas podría entonces completarse en diez a veinte minutos. Por eso los monjes vivían hasta alcanzar los 120 años y disfrutaban de una salud excepcional.
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Ritos tibetanos de la eterna juventud y beneficios
Los ejercicios que hay que practicar diariamente son 5, rejuvenecen la mente y el cuerpo al activar los puntos energéticos del cuerpo (chakras).
Tiene muchos beneficios físicos y psicológicos, son muy recomendados y los cambios que se sienten son notables.
Las personas que llevan tiempo practicándolos aseguran presenciar los siguientes cambios en su cuerpo:
- Incremento de agilidad y flexibilidad
- Aumento de la capacidad creativa y la concentración
- Mejor estado de ánimo y estabilidad emocional
- Regula la función intestinal, y se produce una desintoxicación general
- Aumento de energía
- Se reducen las horas necesarias de sueño
- El cuerpo se siente más firme, y la piel más suave y más tersa
- Mayor flexibilidad en la columna y articulaciones, muy beneficioso para alguien que tenga problemas en los huesos o en la espalda.
¿Cuáles son los ritos tibetanos?
Son fáciles de realizar, la primera semana deben repetirse tres veces.
Durante cada semana que sigas haciéndolos aumenta en dos las repeticiones, hasta que llegues a hacer las 21 veces.
O sea:
- 1ª semana: 3 veces cada rito
- 2ª semana: 5 veces cada rito
- 3ª semana: 7 veces cada rito
- En la 10ª semana los harás 21 veces.
Cualquier hora del día es buena para practicarlos.
Primer rito
El ejercicio consiste en girar en el sentido de las agujas del reloj, de pie con los brazos extendidos.
Para no marearse es recomendable no cerrar los ojos, realiza tres respiraciones abdominales de descanso.
Segundo rito
Debes estar tumbado en el suelo, con las palmas hacia abajo y los brazos al lado del cuerpo.
Sube la cabeza y aprietas la barbilla contra el cuello. Luego levantas las piernas sin flexionar las rodillas, hasta alcanzar la posición vertical.
Luego bajas lentamente la cabeza y las piernas sin doblar las rodillas hasta tocar el suelo.Deja que los músculos se relajen y respira. Realiza tres respiraciones abdominales de descanso.
Es ideal acostarse sobre una alfombra gruesa o una colchoneta.
Tercer rito
Realizarse inmediatamente después del segundo, es muy sencillo.
Primero colócate de rodillas sobre el piso, manteniendo el cuerpo erguido.
Las piernas tienen que estar un poco separadas y las manos en los glúteos. Debes apoyarte sobre los dedos de los pies.
Al inspirar llevar el mentón contra el pecho, seguidamente arquear la espalda y la cabeza hacia atrás lo máximo que puedas.
Al exhalar volver a la posición primera con la cabeza hacia el pecho.
Realiza tres respiraciones abdominales de descanso.
Cuarto rito
Al principio puede resultar difícil, pero al cabo de unos días será tan fácil como el resto.
Siéntate sobre el suelo con las piernas estiradas hacia delante separadas unos 30 centímetros. El tronco se mantiene recto, las palmas de las manos en el suelo a ambos lados de los glúteos.
Empuja el mentón contra el pecho, y seguidamente deja caer la cabeza hacia atrás al tiempo que se levanta el cuerpo flexionando las rodillas, llegando a formar una línea recta con los muslos.
En esa posición tensar un momento todo el cuerpo, luego ir bajando al tiempo que se exhala, hacerlo lentamente hasta llegar a la posición inicial.
Realiza tres respiraciones abdominales de descanso.
Quinto rito
Coloca el cuerpo boca abajo, apoyado sobre las manos y sobre los dedos de los pies. Brazos y piernas rectos, sin doblar rodillas ni codos.
Comienzas arquear la columna de forma que el cuerpo quede flexionado. Tira de la cabeza hacia atrás.
Luego flexiona a la altura de la cadera hasta formar una V, invertida, luego lleva el mentón al pecho. Mientras realizas todo este proceso inspira profundo.
Luego vuelve a la posición original, lentamente.
Realiza tres respiraciones abdominales de descanso.
Importante
- Si al principio algún ejercicio te genera algún malestar, debes descansar y aumentar repeticiones paulatinamente.
- Cuando ya llevas un tiempo de práctica con las 21 repeticiones, puedes si deseas repetirlo 2 veces al día.
- El límite de repeticiones lo establece cada persona a su ritmo, preparación y resistencia física o mental.
- Es importante estar atentos a la respiración y ser constantes practicando los ritos diariamente.
Existen muchísimos testimonios de personas que lo están practicando hace mucho tiempo, están muy conformes con los resultados obtenidos.
Se sienten mejores de salud, más activos físicamente, y han podido combatir el estrés y la ansiedad.
¿Te animas a practicar los ritos tibetanos de la juventud eterna?
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