Ruyi: el talismán chino del poder y la buena suerte
La cultura china es una especie de gigantesco almacén que alberga innumerables conocimientos de filosofía, astronomía, obras de arte, misterios, objetos de lo más variado… Dentro de estos últimos, el Ruyi es uno de los más populares. La traducción literal del término es de acuerdo a sus deseos.
Su origen lleva a controversia entre los estudiosos. La opinión mayoritaria se decanta porque comenzó a utilizarse como cetro de ceremonias budistas o bien como arma de defensa. Otros estudiosos opinan que su función más antigua era de la simple rascador de espalda de los monjes. No obstante, tenga uno u otro origen lo cierto es que con el paso del tiempo acabó convertido en un destacado símbolo en la cultura china. Representa autoridad, poder. Concede los deseos que se le pidan, tan sólo hay que tener fe en él.
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Comienzo de la importancia del Ruyi
La fama de su valor se produjo durante la dinastía Quing, que tuvo lugar entre los años 1644 y 1911. El Ruyi resultaba un objeto fundamental para los miembros de esta dinastía. Era el símbolo de la realeza. Con el paso de los siglos terminó considerándose como un distintivo del poder político.
Una muestra de su relevancia la podemos ver en el cumpleaños del emperador Qianlong cuando le tocaba tachar su sexta década en el calendario. Los ministros le obsequiaron con sesenta Ruyi de filigrana de oro. Uno de los regalos más importantes que se podían hacer entonces. Por ello eran utilizados en las ceremonias imperiales.
¿De qué está hecho?
Esta peculiar varita de los deseos y cetro de poder antiguamente tenía un mango en forma de S a lo largo. La parte superior estaba adornado con una especie de puño. El material con el que se elaboraba podía ser oro, plata, hierro, cristal, ámbar, jade, bambú, cuernos de rinoceronte…
Los emperadores lo utilizaban como bastón que simbolizaba su poder. A veces incluso como arma defensiva. Sin embargo, poco a poco los emperadores lo fueron considerando como un objeto con poderes mágicos. Algo que hizo que terminase convirtiéndose en un amuleto protector.
La clave para que el Ruyi proteja y conceda los deseos que se le solicitan es que se tenga fe en él. Si su poseedor no cree en su poder mágico el talismán no tendrá efecto.
En el Templo Todaiji en Japón hay varios Ruyi con incrustaciones de oro y plata. En el Museo del Palacio en Beijing su número es considerable, cerca de tres mil, elaborados con materiales de diversos tipos y de incalculable valor.
Su importancia en la cultura popular china hace que no sólo se encuentre en templos o palacios. También es fácil hallarlos en alfombras orientales, nudos, objetos del folklore o logotipos de empresas. El dios de la prosperidad, llamado Cai Shen, es representado en la cultura china con un Ruyi.
El Ruyi en el Feng Shui
- Protege de energías negativas y la vibración positiva que irradia favorece la armonía de su poseedor. Impulsa al propietario también para influenciar a terceros y lograr que cambien sus conductas rebeldes.
- El Ruyi colocado en casa mantiene bajas las energías, permitiendo así controlar a los hijos conflictivos. Por ello es recomendable depositarlo en la zona del hogar donde más se manifieste el problema.
- En el trabajo favorece la productividad y la armonía. Es un efectivo recurso para limitar el poder de los trabajadores problemáticos. El escritorio es un buen lugar donde tenerlo.
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