Salación: sintomas y ritual para combatir
La salación es uno de los rituales de brujería más temidos, desde la antigüedad. Este procedimiento funesto, utiliza la sal como principal ingrediente para provocar la mala suerte en una persona.
Debido al uso del elemento sal, la salación generalmente se relaciona con el plano económico y las propiedades (bienes) de la víctima. El individuo “salado” pierde su poder adquisitivo, contactos y recursos.
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Puede afirmarse que la salación es un ritual de la denominada magia negra, aunque clasificar la magia como blanca o negra, es simplificar demasiado los distintos aspectos que encierra.
Por ejemplo, es ampliamente conocido el poder de la sal como elemento energético purificador y protector (positivo); sin embargo, puede ser empleado para actividades de bajo nivel vibracional, como la salación.
En estos casos, la culpa no es del ingrediente utilizado (sal, velas) sino de la persona que manipula la energía, y decide (por voluntad propia) enfocarla hacia emociones y situaciones negativas.
Retomando el tema de la salación, este ritual de connotaciones oscuras suele emplear otros elementos como huevos y aceite, que son arrojados en las propiedades de la víctima (casa, carro), para acarrear accidentes e infortunio.
Los ingredientes del hechizo pueden ser encontrados a simple vista (en el patio o frente a la puerta principal de la vivienda), pero en otras ocasiones, es posible que pasen desapercibidos (en una maceta, en el caucho de un vehículo).
Síntomas de la salación
Los curanderos y sanadores populares practican una serie de rituales (que incluyen sal, aceite, huevos y plantas) para determinar si un individuo ha sido víctima de una salación o está sugestionado por su propia negatividad.
Los síntomas de la salación descritos por chamanes y “curiosos” comprenden:
- alejamiento de los seres queridos;
- discusiones constantes y sin motivo aparente;
- dificultades económicas y en el trabajo;
- depresión e
- irritabilidad.
Asimismo, son frecuentes los terrores nocturnos (pesadillas); la falta de asertividad (tus acciones son malinterpretadas); perdida de la confianza de amigos y parientes; y migrañas.
Es importante descartar cualquier problema físico, o la propia sugestión (negativa), antes de adoptar la teoría de la salación. Eliminadas las hipótesis, solicita la asesoría de un consultor espiritual de confianza, para que confirme tus sospechas.
Ritual para contrarrestar la salación
Existen distintas fórmulas y rituales diseñados para combatir los hechizos de salación, enfocándose en dos aspectos fundamentales: la limpieza de las personas involucradas, y la purificación de la residencia.
En el primer caso, el rito de limpieza debe aplicarse a todas las personas que compartan el entorno, y no sólo al individuo que ha sido “salado”; debido a que los otros pueden recibir los remanentes energéticos y psíquicos.
Para realizar un ritual sencillo que combata la salación en una persona, es preciso contar con: ramas de romero y ruda (frescos), dos bolsas plásticas negras; un velón blanco (veladora); un huevo; sal en grano (gruesa); y miel.
Toma el huevo en tus manos y pásalo por tu cuerpo como si fuese una barra de jabón. Desde la cabeza hasta los pies, sin romperlo. Puedes realizar el ritual desnudo o vestido, pero ubica un sitio en el que no seas molestado.
Visualiza como la negatividad (salación) es absorbida por el huevo. Una vez termines de recorrer tu cuerpo, con el elemento, deposítalo en una de las bolsas plásticas negras, sin romper la cascara.
Seguidamente, enciende el velón blanco e invoca la protección de tus guías espirituales. Toma en tus manos las ramas de ruda y romero frescas, y cepilla todo tu cuerpo con ellas, como si fuesen un plumero natural.
Empieza en el sentido de los pies a la cabeza, y luego a la inversa (de la cabeza a los pies). Visualiza como las energías de las plantas alejan cualquier remanente negativo y vibraciones residuales.
Coloca las ramas junto al velón (pero lejos de la llama), y deja que el cirio (vela) se consuma por completo. Concluida esta parte del ritual, deposita las ramas de ruda y romero, y los residuos de cera del velón, en la otra bolsa plástica.
Nota
También puedes utilizar bolsas de papel o tela para recoger el huevo, las ramas y el velón, pero debe tratarse de un saco de color oscuro, que no permita ver en su interior, y que puedas cerrar con facilidad.
Toma las bolsas y deséchalas en un contenedor de desperdicios, ubicado lo más lejos posible de tu hogar. Al regresar a casa, toma un baño con los productos habituales de aseo personal.
Después, sin salir de la ducha, toma un poco de sal marina gruesa y guárdala en tu puño cerrado. Pasa tu puño por tu cuerpo como si se tratara de una esponja (la sal no debe tocar el cuerpo).
Finalizado, el recorrido suelta la sal sobre el drenaje de la ducha, para que sea arrastrada por el agua. Luego, toma miel en tus manos y úntala en tu cuerpo para atraer energías armonizadoras.
Deja que la miel permanezca unos minutos sobre tu cuerpo (no más de 5 minutos), y procede a aclararla con agua. Sécate suavemente, con una toalla de algodón, de preferencia de colores claros.
De forma opcional (no obligatoria), puedes encender una vela blanca en agradecimiento a tus guías y protectores, por acompañarte en el ritual y ofrecerte su ayuda para eliminar la salación.
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