Salmo 101, la promesa de una vida en rectitud
El salmo 101 fue escrito por David, de quien se dice que escribió este pasaje para establecer las normas que quería seguir durante su reino. En este sentido, el autor entendía que si deseaba el camino de la perfección, necesitaba la ayuda de Dios.
Una de las enseñanzas de este salmo de mayor ayuda para los hijos de Dios, es evitar el camino de la deshonra, la vanidad, la difamación, la asociación con personas de mal corazón, y de los actos injustos.
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El carácter de Dios expresado en el Salmo 101
El salmo 101 nos enseña que una de las maneras más fáciles de vivir en rectitud es dejar que Dios obre en nuestros corazones a través de su palabra.
La promesa de David a Dios de que sería un hombre de rectitud durante su reino, nos demuestra el respeto que tenía el autor para con la Autoridad del Padre.
Este salmo nos muestra la determinación de David de tener un reinado donde la justicia de Dios fuera la protagonista. Muchos expertos piensan que este salmo es una especie de voto del Rey David durante su acto de coronación.
En cualquier caso, el pasaje no solo demuestra la humildad de un rey terrenal para con Dios, el rey del universo, sino que nos hace reflexionar en lo que pudiese ocurrir en el mundo si este hecho se repitiera.
Imagina que cada líder o gobernante del mundo, antes de iniciar su mandato, convierta su corazón a Dios para adorarle y alabarle. Más allá de eso, el líder tiene que prestar atención a los detalles de la integridad de las personas que le siguen en primer lugar.
Él mismo tiene que ser íntegro en su casa, sus pensamientos, su juicio moral, etcétera. Para esto, primero debe reconocer la presencia de Dios en su vida. El salmo 101 también nos habla de los principios de integridad y justicia como bases para escoger bien a los ayudantes del líder, y rechazar aquellos que traen actos de corrupción e injusticia a su reinado.
Si comparamos estas palabras con lo que ocurre en los gobiernos de cada país, podríamos entender en mayor medida porqué el mundo está tan mal.
Cada quien hace lo que quiere bajo la mirada de Dios, pero son pocos los líderes qué se fijan en su presencia, son pocos los que entienden Su autoridad y aplican su voluntad para llevar a cabo una mejor gestión en sus países.
Cuando realices tu oración pidiendo a Dios por un mejor país y la rectificación de su gobernante, no dejes de incluir la lectura de este salmo.
Salmo 101
1 De David. Salmo. Celebraré con un canto la bondad y la justicia: a ti, Señor, te cantaré;
2 expondré con sensatez el camino perfecto: ¿cuándo vendrás en mi ayuda?
Yo procedo con rectitud de corazón en los asuntos de mi casa;
3 nunca pongo mis ojos en cosas infames. Detesto la conducta de los descarriados y no los cuento entre mis amigos;
4 la gente falsa se aparta de mí y nunca apruebo al malvado.
5 Al que difama en secreto a su prójimo lo hago desaparecer; al de mirada altiva y corazón soberbio no lo puedo soportar.
6 Pongo mis ojos en las personas leales para que estén cerca de mí; el que va por el camino perfecto es mi servidor.
7 No habita dentro de mi casa el hombre traicionero; la gente mentirosa no puede permanecer delante de mi vista.
8 Hago desaparecer día tras día los malvados del país, para extirpar de la Ciudad del Señor a todos los que hacen el mal.
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