Salmo 116, Jehova es mi protector y me asiste
Agradece a Jehová su obra a través de este salmo 116 de la biblia católica que enaltece el nombre del Señor. Reseñan algunas escrituras bíblicas que cuando estuvo Jesús de Nazaret en la tierra entre los hombres y vivió su pasión rezo este salmo.
Por esa razón se denota una gran fuerza espiritual en su contenido lleno de amor y de confianza hacia la omnipotencia del creador.
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Un salmo que encierra una gran fuerza espiritual y nos ayudara a aumentar la fe en la divinidad.
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El salmo 116 para unificar con la energía del Señor
El poder que encierra este salmo 116 de la biblia católica es muy grande pues contiene una inmensa fuerza espiritual que nos ayudara a elevar la confianza y la fe hacia la divinidad. Reflexionar sobre cada uno de los párrafos de este salmo nos enseñara a entender la forma como Jesús De Nazaret se conectaba permanentemente con la divinidad.
El amor hacia el Señor es una de las fortalezas contenidas en este salmo que posee un sentido muy diferente cuando lo relacionamos con la experiencia del maestro que murió crucificado por los hombres en la tierra.
La lectura permanente de este salmo nos conducirá a renovar nuestras fuerzas espirituales y fortalecer nuestra fe.
Las enseñanzas bíblicas nos recuerdan a cada instante que debemos profesarle un amor incondicional al Señor. Este salmo 116 de la biblia católica nos enseña la manera de realizar una oración al Creador recordando las palabras de Jesús de Nazaret.
Además al realizar algunas reflexiones en la lectura de este párrafo podemos notar que frases específicas como la salvación de la muerte poseen un gran sentido al relacionarlas con la vida de Jesús Aquí en la tierra.
Esta plegaria de asistencia a Dios está llena de una magnifica fuerza espiritual por esa razón podemos acompañarla con una meditación en nuestra intimidad para cargarnos con las poderosas energías que están contenidas en este salmo.
La repetición de esta plegaria nos ayudara a estabilizarnos emocionalmente y a llenarnos de una gran fe en la creación.
Protege el señor al hombre justo que guía sus pasos hacia la divinidad y actúa según los preceptos establecidos en la leyes divinas. No son grandes los sacrificios que pide el Señor solo pide caminar por el sendero del bien.
Salmo 116
1¡Aleluya! Yo amo al Señor porque escucha el grito de mi súplica,
2porque me presta oído siempre que lo invoco.
3Me cercaron los lazos de la muerte, me sorprendieron las redes del abismo, me hundí en la angustia y la tristeza;
4pero invoqué el nombre del Señor: “Anda, Señor, sálvame la vida”.
5El Señor es justo y compasivo, nuestro Dios está lleno de ternura;
6el Señor protege a los humildes; yo estaba desvalido y me salvó.
7Alma mía, recobra ya la calma, pues el Señor te ha protegido;
8me ha librado de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.
9Caminaré en presencia del Señor en la tierra de los vivos.
10Nunca pierdo la fe, aun cuando digo: “Yo soy un desgraciado”.
11En mi perturbación llegué a decir: “Todos los hombres son unos mentirosos”.
12¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
13Alzaré la copa de la victoria e invocaré el nombre del Señor;
14cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo el pueblo.
15Al Señor le cuesta mucho ver morir a sus amigos.
16Sí, Señor, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava: tú rompiste mis cadenas.
17Te ofreceré sacrificios en acción de gracias e invocaré tu nombre, Señor;
18cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo,
19en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén.
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