Salmo 125, alabanza y gratitud de quien vuelve a su origen
Los Salmos son un conjunto de alabanzas, suplicas y acción de gracias, dirigidas a Dios o Jehová (Yahveh). Estos textos, escritos en clave poética, están contenidos en el Antiguo Testamento de la Biblia. En esta oportunidad, les hablaré sobre el Salmo 125.
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Salmo 125 como canto de regreso
Este Salmo pertenece a los 15 cánticos de las subidas que realizaban los peregrinos cuando se dirigían a Jesusalén por el sur.
Específicamente en las estepas del Negueb, cuyo ríos se encuentran mayormente secos durante el año, aunque en épocas de lluvias vuelven a la vida reverdeciendo las áridas tierras. La biblia de Jerusalén le da el título de “Canto del regreso”.
Este hermoso Salmo refleja la moralidad de los feligreses que salieron de la cautividad que tuvieron en Babilonia. Por una parte se encontraban felices al saber que el Señor los había sacado del exilio, pero a su vez se encontraban sufriendo grandes penurias debido a lo devastada que se encontraba Israel luego del exilio.
El retorno de la cautividad resultó tan insólito que los que asistían al espectáculo no creían lo que veían, como si fuera un sueño. Es por ello que el Salmo 125 refleja la alabanza y la gratitud de las personas que vuelven a su lugar de origen después de mucho tiempo.
En labios cristianos, este Salmo debe ser la oración de un pueblo que, aunque sufre aún en el destierro y está lejos del reino, ya está salvado. Por la resurrección de Cristo (el primer hombre repatriado), el Señor ha cambiado la suerte de Sión. Pensar en el triunfo del hombre, tal como resplandece en la carne del Resucitado, nos parece un sueño, casi no podemos creer tanta felicidad, pero es ya realidad, el Señor ha estado grande con nosotros realmente.
A la alegría del «ya ahora estamos salvados» hay que unir la súplica ferviente por una salvación y liberación total que abarque a toda la humanidad. Que el Señor cambie nuestra suerte, la suerte de la humanidad esclava aún, la de los hombres que viven sin esperanza. Y que el pensamiento de que a los dolores sigue la alegría nos haga siempre «alegres en la esperanza».
El Salmo 125 es idóneo para celebrar el regreso a casa después de varios meses fuera, para agradecer el final de día regresando a casa sano y salvo o incluso para celebrar la llegada de un nuevo año lleno de plenitud y esperanza.
Se recita en solitario o en compañía de una multitud junto con esta oración:
Señor, cambia la suerte de tu Iglesia, que,
peregrina en la tierra, va sembrando con lágrimas;
haz que el gran día de la siega universal podamos volver cantando,
trayendo las gavillas, fruto de nuestro esfuerzo,
y, con nuestra lengua llena de cantares,
aclamar que tú has sido grande con nosotros.
Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
A continuación, se transcribe integro el texto del Salmo 125 de la Biblia Católica, indicado para realizar el ritual descrito en las líneas anteriores.
Salmo 125
1 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar:
2 la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos».
3 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
4 Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb.
5 Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.
6 Al ir, iba llorando, llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.
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