Salmo 131, en el aniversario del traslado del arca
Los Salmos son un conjunto de alabanzas, suplicas y acción de gracias, dirigidas a Dios o Jehová (Yahveh). Estos textos, escritos en clave poética, están contenidos en el Antiguo Testamento de la Biblia. En esta oportunidad, les hablaré sobre el Salmo 131.
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¿Cómo interpretar el salmo 131?
El Salmo 131 cuya procedencia proviene de los Salmos de Ascensión, posee la particularidad de estar dividido en dos Salmos completamente relacionados entre sí.
El primero de ellos narra lo que hizo el Rey David por Dios y el segundo lo que Dios hizo por el Rey David. La biblia de Jerusalén le da el título de “En el aniversario del traslado del arca”. Cabe resaltar que es el Salmo más largo de los Salmos de Ascensión cantados por los peregrinos en su viaje a Jerusalén.
Este precioso Salmo con tintes mesiánicos nos muestra las repuestas de las promesas hechas por Dios ante los juramentos hechos por el Rey David. El elemento principal de este diálogo es el hallazgo y traslado del Arca de la Alianza hacia Jerusalén.
El juramento del Rey David a Yavheh fue crear un templo de adoración en donde se le pudiera rendir adoración y refugio al arca a cambio de perpetuar su dinastía, bendecir a la nación de Israel y anunciar la llegada del Mesías a través de su descendencia.
Para los cristianos descendientes del Rey David, este Salmo debe servir de oración con la que recuerdan a Dios los desvelos de nuestro santo patriarca: Señor, tenle en cuenta a David todos sus afanes y bendice a nuestro pueblo, hijo, en Cristo, de David, en atención a la santidad del antiguo patriarca.
Pero con este salmo pueden evocar también al verdadero y definitivo Hijo de David, Cristo el Señor, y sus desvelos por la gloria del Padre. Dios prometió a María que su Hijo se sentaría sobre el trono de David, su padre; que recuerde, pues, su promesa y que, en atención al Hijo de David, bendiga la nueva Sión, la Iglesia, mansión de Dios por siempre, porque Dios ha deseado vivir en ella.
Este conjunto de Salmos tan emotivos son recitados en vísperas de Navidad y el 25 de Marzo que es el día en el que se celebra el anuncio del Ángel Gabriel a la Virgen María que será la madre de nuestro señor Jesucristo.
Los dos Salmos van acompañados de la siguiente oración:
Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
nos enviaste a tu Hijo, nacido en Belén (fecunda casa de pan),
para que Él fuera nuestra vida imperecedera,
la fuente de una nueva fraternidad entre los hombres;
no permitas que su presencia se oscurezca
y que su fuerza renovadora se debilite en tu Iglesia.
Te lo pedimos, Padre, por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
A continuación, se transcribe integro el texto de las dos partes que conforman el Salmo 131 de la Biblia Católica, indicado para realizar el ritual descrito en las líneas anteriores.
Salmo 131
- Señor, tenle en cuenta a David todos sus afanes:
- cómo juró al Señor e hizo voto al Fuerte de Jacob:
- «No entraré bajo el techo de mi casa, no subiré al lecho de mi descanso,
- no daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados,
- hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob».
- Oímos que estaba en Efrata, la encontramos en el Soto de Jaar:
- entremos en su morada, postrémonos ante el estrado de sus pies.
- Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven con el arca de tu poder:
- que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles vitoreen.
- Por amor a tu siervo David, no niegues audiencia a tu Ungido.
- El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: «A uno de tu linaje pondré sobre tu trono.
- Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseño, también tus hijos, por siempre, se sentarán sobre tu trono».
- Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella:
- Ésta es mi mansión por siempre, aquí viviré, porque la deseo.
- Bendeciré sus provisiones, a sus pobres los saciaré de pan,
- vestiré a sus sacerdotes de gala, y sus fieles aclamarán con vítores.
- Haré germinar el vigor de David, enciendo una lámpara para mi Ungido.
- A sus enemigos los vestiré de ignominia, sobre él brillará mi diadema.
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