Salmo 31, refugio de vida y plena confianza
El Salmo 31 es un salmo que nos habla especialmente de las dificultades pasadas de David. También mira hacia el futuro y nos habla de las dificultades que vendrán a la nación de Israel en la gran tribulación.
Finalmente, nos habla del presente, de las dificultades que tenemos. A través de este salmo, podemos notar un pensamiento que realmente declara la confianza en Dios.
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Para cuando David escribió el Salmo 31 estaba rodeado de una generación que no tenía verdad en sus palabras ni en sus hechos.
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Usos del Salmo 31
El Salmo 31 inicia con David declarando que Dios es el refugio de su vida y su plena confianza en él en los versículos del 1 al 5, en el 9 parece dar un giro enorme. Un estado de ánimo devastador, un hombre derrotado, un siervo vapuleado.
Esto nos enseña que en nosotros sucede lo mismo. Muchas veces tenemos la plena confianza y oramos diciendo que Dios es nuestro refugio, nuestro castillo fuerte, nuestra roca, fortaleza, salvación, esperanza, guía, etc., pero seguimos hundidos en nuestros problemas.
Sentimos angustia, dolor anímico y corporal, lamentos, tristezas, debilidad, vergüenza, miedo, etc. Aun y cuando estemos metidos en la prueba más dura tenemos la confianza de que él está allí para ayudarnos.
Por amor a su nombre, jamás debe estar lejos de nosotros, aunque así no lo sintamos en ese momento; y es precisamente en esos momentos angustiantes donde debemos clamar.
En el Salmo 31 se nos dice que Dios nos ama y que desea que tengamos un corazón y contristado; que lo derramemos ante sus pies para que así Él lo pueda restaurar de todo el daño que absorbió cuando no lo conocíamos y que nos impide tener una vida feliz, una vida que expresa confesión y total honestidad, que no tiene reservas para Dios.
Es solamente cuando en verdad sometemos nuestro espíritu ante Él podemos recibir el consuelo de su conocimiento.
El último aspecto de este bello salmo es el agradecimiento que el salmista demuestra hacia Dios. Es importante recordar y tener el agradecimiento como forma de vida. La gracia es algo inmerecido que nos es concedido de todas formas.
Todo lo que somos y tenemos es porque le complace al Señor, es por su gracia; por lo tanto, debemos vivir día y noche en constante agradecimiento por su extrema bondad para con nosotros.
Salmo 31
1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
8 No me entregaste en mano del enemigo;
Pusiste mis pies en lugar espacioso.
9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar;
Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio,
Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos;
Los que me ven fuera huyen de mí.
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso quebrado.
13 Porque oigo la calumnia de muchos;
El miedo me asalta por todas partes,
Mientras consultan juntos contra mí
E idean quitarme la vida.
14 Mas yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
15 En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por tu misericordia.
17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.
18 Enmudezcan los labios mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras
Con soberbia y menosprecio.
19 Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen,
Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre;
Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
21 Bendito sea Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.
22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos;
Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.
23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos;
A los fieles guarda Jehová,
Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
Y tome aliento vuestro corazón.
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