Salmo 44, la poderosa oración para la mañana
La práctica de la oración que se utiliza en el Salmo 44 hace parte de la considerada Magia Blanca o “Magia Buena”.
Todas las palabras que componen al Salmo 44, independientemente del idioma, tienen una fuerza increíble y única que va incrementando su poder en relación a la cantidad de personas que recitan este salmo al mismo tiempo.
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Se cree que el poder de este se debe a que hombres muy importantes lo han pronunciado con la intención de poder obtener lo que querían en esa oportunidad.
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¿Qué importancia tienen los salmos?
La palabra salmo, se refiere específicamente a un término mágico que proviene de un verbo de Grecia, que significa “tocar un instrumento de cuerdas”. Este término se comenzó a usar desde un principio con la intención de designar los cánticos con la compañía de ese instrumento específico.
De la palabra salmo también proviene el término ensalmo que es conocida como una manera supersticiosa de realizar curaciones con el uso de oraciones y la aplicación de algunas medicinas. Algunas personas también le dan el significado de “arreglar rápidamente algo con el uso de métodos desconocidos”.
¿Cuándo utilizar el Salmo 44?
Cuando se desea utilizar un salmo en especifico, no se debe realizar cuando a una persona le provoque hacerlo. Generalmente los salmos se utilizan en un momento en especifico durante el día e inclusive hasta a una hora en especifico.
En el caso del uso del Salmo 44 se debe realizar durante la mañana, específicamente antes de que amanezca, ya que justamente en ese momento se puede encontrar una gran conexión con el universo.
En este sentido, lo más recomendado es hacer uso del Salmo 44 los días Sábados aunque si se repita todo el día existe la posibilidad de que su poder aumente.
Cuando se procede a recitar el Salmo 44 debemos tomar en consideración que cada uno tiene una fuerza espiritual que contribuye en gran cantidad a invocar a los magos, que se consideran a esas luces que se buscan para una obra dada.
Es por esta razón que cuando se realizan las oraciones, se recomienda que se acompañen con la luz de algunas velas o el uso de inciensos. Algunas personas también utilizan talismanes que sirven para cuidar o asistir a las personas que los llevan, algo que aumenta considerablemente la capacidad de las oraciones.
El Salmo 44
1 Lo escuchamos, oh Dios, con nuestros oídos y nos lo transmitieron nuestros padres: las hazañas que en su época tú hiciste, con tu propia mano, en otros tiempos.
2 Para implantarlos, expulsaste a naciones
y para extenderlos, maltrate a pueblos.
3 No conquistó al país su propia espada, ni su brazo los hizo vencedores,
sino que fueron tu diestra y tu brazo y la luz de tu rostro, porque los amabas.
4 Tú, mi rey y mi Dios es quien decide las victorias de Jacob.
5 Por ti hundimos a nuestros adversarios y
en tu nombre pisamos a nuestros agresores.
6 No es mi arco en quien yo confío,
ni es mi espada quien me da la victoria;
7 Mas por ti vencemos a nuestros adversarios,
tú dejas en vergüenza a los que nos odian.
8 A Dios cada día celebramos
y sin cesar alabamos tu nombre.
9 Ahora, en cambio, nos rechazas y humillas
y no sales al frente de nuestras tropas.
10 Nos haces ceder ante el adversario
y los que nos odian saquean a gusto.
11 Nos entregas como ovejas a la matanza,
y nos dispersas en medio de las naciones.
12 Vendes a tu pueblo por un precio irrisorio
y no ganas nada con tu negocio.
13 Nos haces el escarnio de nuestros vecinos,
todos en derredor se burlan y se ríen.
14 Servimos de escarmiento a las naciones,
y los pueblos menean la cabeza.
15 Tengo siempre delante mi deshonra
y enrojece mi rostro la vergüenza,
16 Al oír los insultos y blasfemias,
al ver el odio y la venganza.
17 Todo esto nos pasó sin que nosotros
te olvidáramos o rompiéramos tu alianza.
18 No se dio vuelta nuestro corazón
ni dejaron tu senda nuestros pasos.
19 Pero nos aplastaste en el desierto,
y nos cubrió la sombra de la muerte.
20 Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro
Dios tendiendo las manos hacia un dios extranjero,
21 ¿no es cierto que Dios lo hubiera visto,
el que conoce los secretos del corazón?
22 Por tu causa nos matan a cada rato,
y nos vemos como ovejas ante el cuchillo.
23 Despiértate, ¿por qué duermes,
Señor? ¡Levántate y ven a socorrernos!
24 ¿Por qué escondes tu cara?
¿Olvidas nuestra opresión, nuestra miseria?
25 Nos arrastramos por el polvo
y a la tierra se pega nuestro vientre.
26 ¡Levántate, Señor, y socórrenos,
acuérdate de tu bondad y líbranos!”
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