Salmo 73, inquietudes del hombre ante el progreso material
Encontramos en el salmo 73 de la biblia católica un contenido que nos habla sobre la naturaleza de la maldad. Podemos observar como en algunas oportunidades el hombre oscuro posee todos los beneficios materiales y esto nos desconcierta.
Nos preguntamos frecuentemente porque si nosotros seguimos el camino del bien no progresamos con la misma facilidad que el hombre que sigue el camino del mal. Este salmo nos enseña que la riqueza esta en los valores espirituales.
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Utilidad del salmo 73
No existe precio que pueda pagar la felicidad y el amor del Creador. El salmo 73 de la biblia católica nos expresa las inquietudes que posee el hombre ante el progreso material de los hombres que siguen el camino del mal.
Tenemos que hacer conciencia y valorar la fortuna espiritual. La tranquilidad del espíritu posee un inmenso valor y esto hay que fomentarlo.
Muchas de las riquezas que posee el hombre que sigue el camino del mal son efímeras porque producen una felicidad momentánea que se esfuma con el pasar del tiempo.
Los verdaderos valores espirituales que se obtienen a través del sendero de la justicia y el amor no pueden ser derribados por nada ni por nadie. Prueba Dios a sus hijos colocándolos en el camino de la desdicha para probar su fe en la divinidad.
Este salmo nos servirá para realizar un gran análisis y reflexión sobre nuestro comportamiento.
Significado del salmo 73
Cuando realizamos estudios de la biblia podemos comprender cuál es el fin de las personas que siguen el camino del mal. Quizás posean un inmenso progreso material pero no podrán disfrutar del reino de Dios.
Esta consideración nos dará aliento para seguir el sendero del bien y aumentar nuestras cualidades espirituales. Nunca abandona Jehová al hombre noble de corazón que sigue la ruta del bien.
Tendrán su recompensa los que amen a Dios sobre todas las cosas y entreguen su existencia a hacer el bien y a ayudar a sus hermanos de fe.
Es realmente reconfortadle leer este salmo 73 de la biblia católica porque nos servirá en aquellos momentos en que sintamos que la duda penetra en nuestra alma. Si afianzamos nuestra fe en la creación nos sentiremos fortalecidos para no flaquear ante las distracciones materiales.
Salmo 73 textual
1 ¡Qué bueno es Dios para el hombre recto, el Señor para los limpios de corazón!
2 A punto estuve de resbalar, por poco doy un paso en falso,
3 Pues tuve envidia de los prepotentes viendo la prosperidad de los malvados:
4 No se privan de nada hasta la muerte, sano y rollizo está su cuerpo;
5 No conocen la miseria humana, no sufren tribulaciones como los demás;
6 Por eso su collar es la soberbia, la violencia su vestido;
7 Los ojos se les saltan a pesar de estar tan gordos y dejan traslucir la falsedad del corazón;
8 Sonríen con malicia y hablan de explotar brutalmente, desde su altura proclaman la opresión;
9 Ponen su boca en el cielo, su lengua se pasea por la tierra;
10 Por eso mi pueblo va tras ellos y beben de su agua en abundancia.
11 Y dicen: “¿Cómo Dios va a saberlo?, ¿es que se va a dar cuenta el altísimo?”.
12 Miradlos: éstos son los explotadores, con toda tranquilidad aumentan la fortuna.
13 Luego en vano he conservado mi corazón limpio y lavé mis manos en señal de inocencia.
14 A todas horas soy apaleado, soy castigado todas las mañanas.
15 Estuve por decir: “Voy a hablar como ellos”, pero hubiera traicionado la raza de tus hijos.
16 Me puse a pensar para entender esto, pero me pareció muy complicado,
17 Hasta que, entrando en el santuario de Dios, comprendí cuál sería su final.
18 Los has puesto en lugar resbaladizo y los empujas hacia la ruina;
19 En un momento serán destruidos, desaparecerán consumidos de espanto:
20 Como en un sueño, al despertar, Señor, así, cuando despiertas, borras hasta su imagen.
21 Cuando tenía amargado el corazón y mis entrañas desgarradas,
22 Estúpido de mí, no comprendía nada; era como una bestia, pero estaba contigo.
23 Yo estoy siempre contigo, me has agarrado de mi mano derecha;
24 Con tus consejos me diriges y me llevas hacia un final glorioso.
25 ¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, no me gusta ya la tierra.
26 Mi cuerpo y mi corazón ya languidecen; el sostén de mi corazón, mi patrimonio, es Dios por siempre.
27 Los que se alejan de ti perecerán; tú exterminas a los que te dejan y te son infieles.
28 Para mí lo mejor es estar con Dios, yo he puesto mi refugio en el Señor para poder narrar todas sus acciones.
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