Salmo 90, El hombre es transitorio, Dios es eterno
Al igual que muchos otros salmos de la Biblia, el salmo 90 incluye una súplica por el pueblo de Israel como nación, y como pueblo de Dios.
Sin embargo, lo más llamativo de este salmo y lo que realmente nos permitirá aplicar su contenido en nuestra vida diaria, es la comparación que realiza su autor entre la eternidad de Dios y la transitoriedad de la vida del hombre. Este pasaje también se conoce como “la fugacidad de la vida humana”. A continuación te contamos por qué.
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Reflexión sobre la vida humana en el salmo 90
El estilo de escritura de este salmo es sumamente llamativo y hermoso. Su autor, según el título, es Moisés, quien como sabemos es el varón de Dios. En él se realiza una especie de meditación o reflexión sobre la vida humana, que nos invita a reflexionar en la actualidad sobre nuestra condición como habitantes de este mundo terrenal.
Muchas personas creen estar por encima de los designios, la voluntad y la presencia de Dios, sin embargo, este salmo nos invita a reflexionar sobre lo insignificante que es el hombre en comparación con su creador. El hecho de que Dios se eterno y nosotros los humanos estemos sometidos a diario a tantas condiciones de maldad, de codicia, avaricia, lujuria, y cualquier manifestación de la oscuridad, refleja el verdadero sentido del salmo 90.
Nuestro alejamiento de Dios, nuestros errores, pecados y fallas, al fin y al cabo nos llevan a un estado de incertidumbre sobre nuestra existencia, sin que siquiera lo podamos notar. A pesar de ello, la presencia de Dios es lo único que puede alejarnos de la pena y las tristezas que agobian nuestra existencia. Su confianza nos permitirá ignorar el dolor, ya que solo junto a Él podemos vencer la melancolía en nuestro corazón.
Dios es la verdadera manifestación de amor en el mundo. Sin su presencia nada es posible. Esto podría resultar muy obvio para sus hijos más fieles, sin embargo, es una realidad que cada vez es más ignorada por un mundo conducido por los vicios, la envidia, las ansias de poder y los apegos materiales.
Si deseas aplicar el salmo 90 a tu vida, solamente debes recitar la oración de Moisés con mucha fuerza, recordando con cada recitación las capacidades que tiene el Padre de solucionar cualquier problema que se presente en tu vida. No dudes nunca que solo junto a Él podrás lograrlo todo, y solo sin Él ganarás el alejamiento de la vida eterna.
Salmo 90
1 Oración de Moisés, hombre de Dios. Señor, tú has sido nuestro refugio a lo largo de las generaciones.
2 Antes que fueran engendradas las montañas, antes que nacieran la tierra y el mundo, desde siempre y para siempre, tú eres Dios.
3 Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos».
4 Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.
5 Tú los arrebatas, y son como un sueño, como la hierba que brota de mañana:
6 por la mañana brota y florece, y por la tarde se seca y se marchita.
7 ¡Estamos consumidos por tu ira y consternados por tu indignación!
8 Pusiste nuestras culpas delante de tus ojos, y nuestros secretos a la luz de tu mirada.
9 Nuestros días transcurren bajo el peso de tu enojo, y nuestros años se acaban como un suspiro.
10 Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y nosotros nos vamos.
11 ¿Quién puede conocer la violencia de tu enojo y ver el fondo de tu indignación?
12 Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
13 ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…? Ten compasión de tus servidores.
14 Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida.
15 Alégranos por los días en que nos afligiste, por los años en que soportamos la desgracia.
16 Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos.
17 Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos.
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