Salmo 99, Jehová y su fidelidad para con el pueblo de Israel
El salmo 99 expresa dos cosas que surgen de la misma idea, la soberanía y la grandeza de Dios, así como también su santidad. Según el pasaje, este salmo debe ser un himno de continua alabanza, pero también señala que puede ser visto como una ley del Señor.
El tiempo histórico en el que se escribió este salmo puede haber sido el del exilio de Babilonia y su estilo es la lírica. Esta vez te contaremos todo lo que necesitas saber para aplicar estas líneas a tu vida diaria y mejorar tu relación con el Creador.
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Salmo 99 y el santo rey Jehová
A pesar de que otros salmos hablan de la llegada de Dios y cómo a partir de ese momento el triunfo, la igualdad y la justicia en la tierra reinarían. En este pasaje se cambia un poco la secuencia, y se comienza hablar del reinado de Jehová. Allí se enfatiza la trascendencia y la majestuosa presencia del Señor que está rodeado de los ángeles, y también expone la soberanía del Padre celestial y Rey del universo, que nos observa desde lo alto. Él se encuentra en la ciudad prometida de Sión y su morada es la montaña Santa desde donde protege a su pueblo.
El himno que representa el salmo 99 está representado por tres estrofas, cada una de ellas declara la santidad de Jehová. La enseñanza principal que nos deja este salmo, es que debemos reverenciar y admirar el nombre de Dios, ya que simboliza para nosotros la naturaleza y la reputación de la divinidad.
Sin embargo, el nombre de Dios es usado vulgarmente en casi cualquier conversación a nuestro alrededor. Hemos perdido de vista el concepto de santidad. Para muchas personas, resulta sencillo tratar el nombre de Dios a la ligera, por ello debemos tener en cuenta que, si llamamos Creador y Padre a nuestro Dios, debemos vivir de acuerdo a la dignidad de ese nombre. Adora y edifica el nombre de tu Dios no sólo en tus palabras sino las acciones de tu vida.
Puedes incluir el salmo 99 en tus oraciones, ya que a través de él, no sólo podrás exaltar el nombre de Dios sino que también podrás recordar cuán dañino es el pecado para el mantenimiento de una excelente relación con el Altísimo. Enciende una vela blanca y eleva estas palabras en oración al creador y observa como diariamente tu relación con él se fortalece.
Salmo 99
1 ¡El Señor reina! Tiemblan los pueblos. Él tiene su trono sobre los querubines: la tierra vacila.
2 ¡Grande es el Señor en Sion!
3 Él se alza sobre todas las naciones. Alaben tu Nombre grande y temible. ¡Santo es el Señor!
4 Tú eres el rey poderoso que ama la justicia, tú has establecido lo que es recto, tú ejerces sobre Jacob el derecho y la justicia.
5 Glorifiquen al Señor, nuestro Dios, adórenlo ante el estrado de sus pies. ¡Santo es el Señor!
6 Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel, entre los que invocaban su Nombre, clamaban al Señor y él les respondía.
7 Dios les hablaba desde la columna de nube; ellos observaban sus mandamientos y los preceptos que les había dado.
8 Señor, nuestro Dios, tú les respondías; tú eras para ellos un Dios indulgente, pero te vengabas de sus malas acciones.
9 Glorifiquen al Señor, nuestro Dios, y adórenlo en su santa Montaña: el Señor, nuestro Dios, es santo.
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