San Bernardo de Claraval, el gran predicador de la Iglesia
San Bernardo de Claraval es conocido bajo el epíteto de «boca de miel», por su don extraordinario a través de la palabra. Su festividad se conmemora el día 20 de agosto, fecha en la que falleció. Es el patrono de Gibraltar y de Algeciras, así como de todos los trabajadores agrícolas. Se le venera no solo en la Iglesia Católica, sino también en la Anglicana y en la Luterana.
También es conocido por el gran amor que profesó a la Santísima Virgen María. Precisamente, a San Bernardo de Claraval se le atribuyen las últimas frases de la oración Salve, específicamente «Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María». También existen otras oraciones que son rezadas por todos y que pertenecen a San Bernardo de Claraval «Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno te haya implorado sin tu auxilio recibir».
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San Bernardo de Claraval y su amor por la Madre de Dios
San Bernardo de Claraval nació en Borgoña, Francia, en el año 1990. Recibió una buena formación académica al igual que religiosa junto a sus siete hermanos. Siempre tuvo una gran personalidad y logró atraer a muchos debido a su gran carisma. En alguno momento de su vida, sufrió grandes tentaciones corporales y decidió revolcarse en el hielo para acabar con esos deseos.
La primera y gran revelación de San Bernardo de Claraval ocurrió en la Noche de Navidad cuando, después de quedarse dormido, vio al Niño Jesús y la Virgen María. A partir de ahí decidió entregarse a la vida religiosa. Tras este momento de encuentro personal con Dios, San Bernardo de Claraval decidió ingresar al monasterio y tal fue el fervor que mostró que sus hermanos también le acompañaron. Tiempo después, al morir su madre, su padre, su hermana y su cuñado siguieron sus pasos.
Un gran predicador que viajó mucho para dar a conocer la palabra de Dios
Luego de tres años de ordenado como religioso, San Bernardo de Claraval fue enviado por sus superiores a fundar una nueva congregación. Escogió un lugar apartado, en el cual los monjes trabajarían intensamente y le bautizó con el nombre de Claraval, que quiere decir «valle claro». Los primeros años fueron de mucho sacrificio y ayuno, por lo que tuvo grandes problemas de salud por la poca alimentación y la mortificación que imponía para sí y para los otros.
A dicho convento ingresó el Sumo Pontífice Honorio III, quien años antes demostró su disciplina y voluntad y dedicó varias semanas a transportar grandes cantidades de carbón. De estos monasterios llegaron a salir cerca de 130 religiosos que fundaran otros 63 conventos. Bajo su autoría se encuentra la biografía de San Malaquías, quien habría fallecido en sus brazos.
San Bernardo de Claraval falleció luego de sufrir del estómago en el año 1153. Fue canonizado en el año 1174 por el Papa Alejandro III. Su condición de doctor de la Iglesia la obtuvo bajo el pontificado de Pio VII en el año 1830.
Oración de San Bernardo de Claraval para pedir la intercesión de la Santísima Virgen
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado por ti.
Animado con esta confianza
a ti también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las Vírgenes!
Y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.
No deseches mis súplicas,
¡oh Madre de Dios!,
Madre del Verbo Divino
antes bien,
inclina a ellas tus oídos
y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
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