San Eusebio y la lucha por los principios de la Iglesia
San Eusebio es considerado por la Iglesia Católica como mártir. Nació en la isla de Cerdeña, en Italia, a finales del siglo III.
Tras la muerte de su padre, fue llevado a Roma para huir de la persecución contra los cristianos, donde fue ordenado como sacerdote tras estar bajo la protección del Padre Liberio. A unos pocos años de su ordenación, murió el Obispo de la ciudad de Vercelli y la población proclamó a San Eusebio como su Obispo, debido a sus grandes dones de Santidad. Permaneció en este cargo durante 28 años.
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San Eusebio siempre tuvo como norte la formación de sus sacerdotes como forma para llegar a la santidad. Pese al cargo que ostentaba, siempre tenía como objetivo el atraer a las personas a la religión. Acostumbraba a ir pueblo por pueblo a predicar.
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Acabar con la herejía en la Iglesia
La época de San Eusebio coincide con una herejía denominada Arrianismo, que intentó promover que Cristo no era Dios. Esto fue auspiciado por el Emperador Constantino, quien quería obligar a todos los obispos que suscribieran a través de su firma dicho error. San Eusebio decidió no presentarse a la reunión convocada. Fue desterrado por el Emperador y hecho prisionero en Palestina, en donde permaneció encadenado.
Solo la muerte de Constantino permitió que San Eusebio fuese liberado, por lo que retornó nuevamente a Vercelli. Dedicó el resto de su vida, al igual que San Hilario y San Atanasio, a erradicar definitivamente el Arrianismo. Su muerte tuvo lugar el 01 de agosto del año 371.
Algunos especialistas consideran que San Eusebio no debería ser considerado como un mártir. Sin embargo, este título le fue concedido debido a las constantes humillaciones de las que fue objeto mientras estuvo preso.
En una faceta poco difundida, redactó gran cantidad de cartas, gracias a las cuales, fue posible conocer su terrible sufrimiento mientras estuvo en cautiverio. A San Eusebio se le ha atribuido el denominado Credo Atanasiano. También se conserva un antiguo manuscrito de los evangelios, que fue cubierto con láminas de plato para ser protegidos por orden del rey Berengario.
Oración a San Eusebio
Concédenos, Señor, Dios nuestro,
imitar la fortaleza de tu obispo san Eusebio de Vercelli,
al proclamar su fe en la divinidad de tu Hijo,
y haz que, perseverando en esa misma fe de la que fue maestro,
merezcamos un día participar de la vida divina de Cristo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
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