San Francisco de Asís: hermano sol, hermana luna
San Francisco de Asís es considerado un gran santo en la Iglesia Católica. Fue fundador de la orden de Los Franciscanos. Provenía de una familia acaudalada por lo que su vida de joven fue mundana y mezquina.
Participó en una guerra entre Asís y Perugia, tras la cual fue hecho prisionero. Luego del cautiverio y tras padecer una grave enfermedad, tomó la decisión de cambiar de vida.
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Las obras de caridad y los excesivos gastos en favor de los más necesitados, llevaron a su padre a desheredarlo. Francisco dejó a un lado la ropa ostentosa. En el año 1208, recibió el llamado de Dios y salió a predicar para lo cual contó con doce discípulos que luego formaron su Orden.
También acogió a una mujer en su Orden, Clara, quien fundó las Damas Pobres, también conocidas como Clarisas.
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Relevancia de San Francisco de Asís
Para San Francisco de Asís, no existía apego por las riquezas materiales y los bienes de este mundo. Decidió abandonar todo para vivir en la más estricta pobreza.
Cuando se desplazó hacia Egipto para convertir a los musulmanes al Cristianismo, su vida fue siempre muy austera.
San Francisco de Asís fue el primer caso comprobado de estigmatizaciones. Es decir, en su cuerpo se apreciaban las heridas de igual forma que las sufrió Jesucristo en su pasión.
Se habla de las manos, cabeza, espalda y costado, tal y como fue herido Jesucristo. San Francisco de Asís no hablaba de ellos y sólo confiaba a unos pocos cercanos, este don que le fue concedido.
Supo llevar con fortaleza y sacrificio, los clavos y las heridas abiertas por donde de forma permanente brotaba la sangre.
San Francisco de Asís, protector de los animales
San Francisco de Asís consideraba que todos los animales y criaturas son originarias de la misma fuente, por lo que son todas hermanas.
En el año 1226, escribió el Cántico del Hermano Sol, también considerada como una de las grandes obras de la literatura italiana.
San Juan Pablo Segundo, durante su Pontificado, le nombró el patrono de la Ecología en el año 1979.
También se le confiere al Santo de los pobres, la creación del primer pesebre o Belén de la historia. Se cuenta que en el año 1223, mientras se encontraba en Greccio, recibió la Navidad en esa ermita y tuvo la inspiración divina de ejemplificar el nacimiento del Niño Dios.
Las primeras figuras de barro, se elaboraron en Nápoles, Italia.
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