Santa Clara de Asís: pobreza, trabajo y oración
Santa Clara de Asís nació en Italia, en el año 1194. Pertenecía a una familia aristocrática de la época y tenía cuatro hermanos. Su madre, Ortolana, era poseedora de una gran devoción y le gustaba realizar grandes peregrinaciones a la Tierra Santa y a Santiago de Compostela. Habría recibido una revelación, indicándole que traería al mundo una gran luz por lo que decidió ponerle el nombre de Clara.
Desde temprana edad, Santa Clara de Asís manifestó sus virtudes. Ha llegado a realizar grandes sacrificios como cilicios y a rezar gran cantidad de oraciones. Tras la guía espiritual de Francisco Bernardone, también conocido como San Francisco de Asís, Clara decide huir de su casa y se dirigió a Porciúncula, donde juró que entregaría su vida a Dios. Ahí, cambió sus ostentosas vestiduras por una túnica como la de los monjes y, el propio San Francisco de Asís, cortó su cabello.
¡Suscríbete a nuestra newsletter!
¿Te encanta la astrología? ¡Recibe contenido exclusivo!
Los pasos de Santa Clara de Asís fueron seguidos por sus tres hermanas y también por su madre, quienes también ingresaron a la vida religiosa.
Lee también: Santo según tu profesión o actividad laboral
La vida en santidad de Santa Clara de Asís
Fue en el convento de San Damián donde Santa Clara de Asís continuó su vida de oración y de trabajo. Toda su entrega fue de ejemplo para muchas otras mujeres que querían postularse. El requisito principal era el mismo que el de los franciscanos: abandonar las riquezas materiales para repartirlas entre los más pobres. El mismo Inocencio III le permitió que su congregación tuviera el «Privilegio de la Pobreza».
Santa Clara de Asís servía a su comunidad como superiora y se entregaba en cuerpo y alma a las religiosas. Realizaba gran cantidad de trabajos manuales, uno de ellos el de bordar. También realizaba largas horas de oración, durante la noche y temprano en la mañana. Antes de finalizar el día rezaba la oración de las «Completas» y luego el «Oficio de la Cruz». Los ayunos también formaban parte de la rutina de Santa Clara de Asís, realizaba fuertes ayunos por cuatro días en los que tan solo consumía pan y agua.
Hizo grandes milagros, uno de ellos tuvo lugar en el año 1240, cuando fue atacado el convento de San Damián por los musulmanes quienes intentaran ingresar para arrasar con ellas. Santa Clara de Asís fue llevada hasta la puerta del Monasterio, alzó un cáliz de plata y pidió la intervención divina. De inmediato, una voz que salió del interior del cáliz les indicó que les protegería. De inmediato, los musulmanes se retiraron del lugar.
Poco tiempo antes de su muerte, se dice que Santa Clara recibió la visita de una doncellas vírgenes, vestidas de blanco. Durante la procesión de las vírgenes, una de ellas se destacó por su resplandor, se trataba de la Madre de Dios, quien le dio un abrazo.
Santa Clara de Asís falleció el día 11 de agosto de 1253, en medio de su comunidad. Su fama de santidad ya se había extendido y, en el momento de su muerte, llegó una gran multitud. El Papa también se presentó junto a los cardenales para rendirle tributo. Fue canonizada, el 15 de agosto de 1255, por el Papa Alejandro IV.
Oración a Santa Clara de Asís
Gloriosa Santa Clara,
maestra de humildad
y de total abandono al eterno amor de Dios.
En este día solemne pide al Señor por mí,
para que pueda cambiar verdaderamente mi corazón,
que no conoce la verdadera humildad.
Ayúdame a despojarme de las preocupaciones de este mundo para que sólo ponga mi fuerza en hacer la voluntad de Dios,
socorriendo a los que necesitan mi ayuda,
necesitan mis oraciones, necesitan de mi amor.
Tu que has obrado milagros,
porque Dios escucha siempre tus súplicas, mírame,
que te ruego obres este milagro en mi vida (….).
Yo quiero obrar haciendo el bien,
y que Jesús sea siempre lo más importante en mi vida,
y si es su divina voluntad que se cumpla en mí este pedido.
Amen
Te puede interesar: