Conoce la séptima dimensión: luz del cielo interior infinito
Diversas corrientes espirituales hablan de que el ser humano se mueve entre dimensiones, en el aquí y ahora, algunos hablan de siete dimensiones, otros de 9 o 10. Todos concuerdan en que son pasos evolutivos del ser y estados de conciencia. En este artículo hablaremos de la séptima dimensión.
Las dimensiones en las que nos movemos
Las corrientes espirituales afirman que cada dimensión del Universo es similar a la percepción de un aspecto y una expresión del poder Divino. Cada dimensión es una fuente de apoyo y guía para su evolución espiritual.
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En otras palabras, son los pasos evolutivos del Ser para regresar a unirse nuevamente con su fuente Divina. Las diferentes dimensiones se encuentran en el aquí y el ahora, en “la Tierra”, las diferencias son su frecuencia vibratoria y su longitud de onda.
En términos técnicos una dimensión es la frecuencia y la longitud, extensión o volumen que una línea, superficie o cuerpo ocuparán, respectivamente, en el espacio.
Desde el punto de vista espiritual las dimensiones son frecuencias dentro de las cuales vibramos, también podríamos decir que son niveles de conciencia, desde el más básico o material hasta el más evolucionado o espiritual.
La séptima dimensión
Esta dimensión es una etapa de nuevos comienzos. El estado totalmente consciente permite la capacidad para activar nuevos aprendizajes y un cambio de las percepciones a nuevas ideas que inspiran y expanden la conciencia.
Es un momento de separarse y liberarse de lo que esté impidiendo o limitando la ascensión y el control.
El proceso de desapego es lo central de la séptima dimensión, se pone mucho énfasis en la comprensión, el método y los beneficios del desapego, que se puede aplicar a todos los niveles del Ser.
El desapego no es desconectar ni descuidar, es liberarse de los lazos que provocan la separación con lo Divino y el recto camino, basado en el amor, la fe y la verdad. Este momento es de aceptación de un camino más significativo en la ascensión hacia el Ser total.
En esta dimensión se integra todo lo que estaba desintegrado o disperso, se integra y se entra en una frecuencia vibratoria de comunión total. Los seres que aquí están son de amor y luz. Es una dimensión energética donde no existe la forma.
Para los que dicen que existen siete dimensiones, este sería el punto donde la frecuencia vibracional se integra con el todo, ya nada está separado y se comprende que en todo lo existente vive un plan.
Es lo que los hinduistas llaman “Brahma” o “Atman”, alma, mente y el cosmos. Es donde las almas puras han podido tener un vislumbre de la “Morada de Dios”.
La Séptima Dimensión para los monjes de Kauai Aadheenam
Para los monjes hinduistas de Kauai Aadheenam en su proceso evolutivo hacia la Auto-Realización hablan de 10 moradas, siendo la séptima, un espacio interior claro, sólo espacio despejado. Sigue y sigue infinitamente, como un cielo interior infinito.
Para ellos, la séptima dimensión es un mundo silencioso. Un mundo celestial de los dioses. Su lugar de retiro. Pero todo esto tiene lugar dentro de ti, dentro de la maravillosa mente del que medita, no es un lugar sólo externo, sino mental y que está en la profundidad de la conciencia.
Y en sus enseñanzas añaden: En la meditación puede haber un concepto falso: «Yo estoy aquí y el cielo está allí». Pues bien, todas las dimensiones de la existencia residen dentro de cada ser humano.
Cualquiera puede experimentar la conciencia plena de sí mismo y del mundo, pero es importante, en la meditación no ser exteriorizados por lo externo, lo fascinante.
Cuando se evoluciona a la sexta dimensión la luz brilla en cada célula del cuerpo a través del torso, las manos, las piernas y los pies. Luego, en la séptima dimensión se entra en el espacio interior puro, viendo dentro de sí mismo un vasto espacio que sigue y sigue.
El claro, plácido y poderoso espacio de la séptima dimensión ha permanecido igual durante millones de años, intacto y sin alteraciones. La conciencia viaja a través de él, observando los diversos desgloses de color, escuchando los distintos tonos de sonido.
Es la fuente misma de la construcción de todas las cosas. Es energía pura dentro de su estado de reposo que se mezcla con la energía magnética, y la mente se activa y la conciencia se empuja sobre las ondas de la sustancia mental. La conciencia se vuelve consciente de sí misma.