Shango, el señor de los truenos, uno de los más grandes Orishas
Shango es un guerrero de la religión Yoruba y considerado uno de los Orishas más emblemáticos. Es el Orisha de la justicia, la danza, el fuego, el baile y la música.
Shango representa la alegría de la vida y la belleza masculina. Fue el dueño del oráculo de Ifá, por lo que es adivino e intérprete del oráculo del Diloggún y Aditoto.
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Fue parte de la segunda dinastía de Oduwa y fue enviado para purificar la sociedad de modo que el pueblo continuara con una vida sencilla de acuerdo a las enseñanzas de Dios. Al coronarse, muchos consideraron que era muy duro y comenzaron a calificarlo como tirano.
Las leyes eran claras en ese sentido e indicaban que si un rey no era querido por su pueblo, debía morir. Fue así que se ahorcó. El hermano gemelo de Shango, Angayú, juró vengarse de los enemigos. De esta forma Shango comenzó a ser adorado como Orisha.
Otras historias indican que Shango asesinó a sus hijos y esposas al experimentar con la pólvora. Tras el arrepentimiento se convirtió en Orisha.
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Virtudes de Shango
Para hacerse el santo con Shango, debe realizarse seis días antes al Osha Akua Kua Lerí, un ritual frente a un cedro o palma real.
Es conocido en la religión católica como Santa Bárbara, cuya celebración se realiza los 04 de diciembre. Se le consagra los días sábados y viernes.
Emplea como herramientas fundamentales las hachas, espadas y tambores. También emplea un chekere, que se trata de un instrumento hecho de carapachos de tortuga.
Shango emplea pantalones blancos y una camisa roja con el pecho descubierto. En su cabeza porta una corona, similar a un castillo.
Qué se le ofrenda a Shango para acabar con los enemigos
Para halagar a Shango se le ofrendan plátanos verdes, vino tinto, maíz tostado, cebada, palomas, quimbombó, tomate, filigrana, cebolla, caoba, caña de azúcar.
La justicia llega! Abran paso a Shango.
Su balanza no tiene preferidos.
Para él, tanto un emperador como un mendigo.
Tanto el rico como el pobre, el poderoso como el desprotegido.
Ayúdame y defiéndeme de las trampas de mis enemigos.
Que juez ninguno en la tierra desobedezca tu intercesión.
Ya que tu decisión será el fallo pleno y justo.
Protégeme en papeles y trámites, aunque estos sean ya vetustos Agilízalos con tu magnimidad y tenle piedad a los que no te entienden, pues la justicia es poco comprendida.
Por poco halagadora y tan comprometida con San Marcos de León, yo te sincretizo como escriba y domador de fieras.
Haz que así suceda y pueda vencer y dominar a quien interceda en mis planes.
No por falsos o injustificados. Sino por justos y bien emplazados.
Así sea!¡
Se le ofrenda seis plátanos, seis manzanas rojas y una copa de vino.
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