Significado de deidad y su relación con la humanidad
El origen del significado de deidad hay que buscarlo en la palabra latina deitas, que se traduce como deidad. Su raíz es dyeu, cuya interpretación es brillo y el sufijo tat se interpreta como cualidad. No obstante, la traducción no sería la cualidad de brillar literalmente, sino la cualidad de brillar de un ser sobrenatural que posee esencia divina.
El significado de deidad se relaciona directamente con los dioses o dios de una religión. Se basa en la omnipresencia, poder supremo en el caso de las religiones monoteístas, o poder sobrenatural similar al de los demás dioses si se trata de una fe politeísta.
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A los fieles les genera veneración, respeto e incluso temor pues si se portan mal o cometen algún tipo de error o pecado, la divinidad tomará represalias. Pueden participar en cualquier tipo de situaciones que ocurran en el mundo ya que ellos son los creadores del universo, con poder para dar y quitar la vida.
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El significado de deidad y su representación
Los hombres adoran y santifican a las deidades al considerarlas sagradas. Como es más fácil creer y rezarle a una entidad que se puede ver, generalmente su imagen es representada en yeso, porcelana, barro, madera, arcilla, pinturas…
En cambio, en otras religiones como la musulmana, el significado de deidad no debe tener una imagen física, por lo que su dios no tiene imagen.
El significado de deidad lleva implícito el poder de dominar la naturaleza, como controlar la lluvia, el sol, los rayos, así como también son capaces de realizar milagros de todo tipo.
El significado de deidad y su relación con la humanidad
Es habitual que las deidades sean indivisibles además de inaccesibles para los humanos. Por ello viven en lugares alejados del común de los mortales, como el cielo, el infierno, en la cima de una montaña, en las profundidades marinas o en lo profundo de los bosques.
Tampoco suelen ser vistos nunca por seres humanos, lo que hace que cuando se manifiestan ante alguno tal acto resulte trascendental. Un ejemplo lo podemos ver en las apariciones de la Virgen de Fátima a unos inocentes pastorcillos.
El límite entre lo divino y lo humano no es absoluto en la mayoría de las religiones. Así, los semidioses surgen como la descendencia producida tras la unión de una deidad con un humano. Hasta hace no tantos siglos casi todas las casas reales del mundo consideraban que tenían una ascendencia divina.
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