Terapia de imágenes: qué es y cuándo se utiliza
La terapia de imágenes es un tipo de tratamiento que se utiliza mucho para tratar el estrés postraumático. También conocida como terapia de reescritura de imágenes, esta técnica busca que la persona que ha sufrido algún tipo de trauma pueda evocar en imágenes el momento vivido. Para que, a través de este proceso, pueda resignificarlo para sanar.
Se trata de una técnica relativamente reciente, que comenzó a desarrollarse de forma metódica en la década del noventa. Sin embargo, sus orígenes datan de mucho antes, pues hay registros de que en los orígenes de la psicología ya se utilizaban técnicas similares. Actualmente tiene cada vez mayor desarrollo, sobre todo en el mundo anglosajón.
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Qué es la terapia de imágenes
En síntesis, la terapia de imágenes se basa en la representación o visualización de imágenes mentales. En este tratamiento, el terapeuta va guiando al paciente a recrear en su imaginación situaciones particulares. Intenta que las recree utilizando todos los sentidos, pero sin recurrir a estímulos externos para ello.
La terapia de imágenes se basa en que la imaginación puede ser una herramienta tan poderosa, que hasta incluso puede llevarnos a experimentar situaciones como si estuvieran sucediendo en la realidad. El objetivo que se persigue con esto es que la vivencia mental de determinado suceso fomente cambios a nivel emocional, cognitivo y conductual.
Especialmente, la terapia de reescritura de imágenes se enfoca en revivir un acontecimiento del pasado, para verlo desde otra perspectiva o hacerlo más tolerable para el paciente.
Cuándo y cómo se utiliza
La terapia de imágenes se utiliza principalmente para trabajar sobre el estrés postraumático. Durante la visualización, lo que se buscará será recrear el suceso que generó el trauma, para trabajar sobre él en un ambiente seguro. De esta forma, el recuerdo puede volver a escribirse, y superarse.
En muchos tratamientos de fobias, el enfrentamiento ante el objeto que la genera en cierto momento del tratamiento puede ayudar a superarla. El problema con el estrés postraumático es que lo que genera extrema angustia es algo que ya sucedió y que no se puede enfrentar cara a cara, ni recrear en un plano físico.
Sin embargo, las visualizaciones generan un efecto similar. Al volver mentalmente a esos sucesos, con la guía de un profesional, es posible enfrentar la situación como si se la estuviera viviendo en presente. A partir de allí, el objetivo de la terapia es que el paciente pueda modificar la secuencia recreada hacia el objetivo deseado, reduciendo así la ansiedad que produce el recuerdo.
También y fundamentalmente, se trabaja para que el paciente pueda cambiar las valoraciones que ha hecho sobre el evento, que seguramente están distorsionadas. Y que con todo ello pueda, finalmente, cambiar las reacciones automáticas ante ese recuerdo, para poder retomar una vida más satisfactoria.
Más allá de que su uso principal está ligado al tratamiento de traumas, también ha resultado una terapia eficiente en otros trastornos, como fobia social, trastornos de personalidad y fobias particulares.