Tzolkin, el complejo sistema de medición de los mayas
Desde la más remota antigüedad, los hombres se han preocupado de intentar medir el tiempo. Magnitud física creada por los seres humanos con la idea de establecer linealmente el paso de la vida. Y es que con él podemos indicar la duración o separación de los acontecimientos, creando así la distinción entre pasado y futuro. Los mayas se preocuparon por su estudio y crearon el Tzolkin.
Se trata de un complejo sistema de medición temporal, de carácter armónico, que marca un ciclo sagrado de doscientos sesenta días, formado bien por viente trecenas, bien por trece veintenas. Era usado en la Mesoamérica anterior a la llegada de los españoles. También recibe el nombre de sincronario maya y sirve de base para los horóscopos maya.
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Composición del Tzolkin
Ciertamente, el nombre con el que los Mayas designaban a este calendario no ha llegado hasta nuestros días. Por lo que el nombre actual es una interpretación del experto estadounidense en cultura maya William E.Gates quien, utilizando como base el idioma quiché, lo denominó así. La traducción del nombre sería el orden de los días.
Está compuesto por veinte kines o sellos, que cambian diariamente mientras obtienen una tonalidad energética de fondo llamada onda encantada. Cada uno de estos sellos viene representado por un glifo, la imagen simbólica.
Los visitantes de las ruinas de la cultura maya pueden encontrar con facilidad estos glifos en forma de colgantes, con el kin de nacimiento de cada uno, ya que son vendidos por los lugareños por poco dinero. Gracias al kin, los mayas podían medir los días, los veintiocho días del ciclo lunar o incluso un año de doscientos sesenta días. Le sirvió también para medir los ciclos de planetas como Venus o Marte.
En el Tzolkin, encontramos una sucesión de veinte trecenas o bien trece veintenas. Si los días que hay en cada trecena son enumerados de manera consecutiva, los de cada veintena posee nombres los cuales son repetidos de forma cíclica y cada uno aparece bajo la advocación de una divinidad. Al mezclar ambas series se genera un ciclo de doscientos sesenta días.
Función del Tzolkin
Este complejo calendario servía para establecer cuáles eran los días más óptimos para dedicarlos a cosechar los campos o realizar sus rituales, además de utilizarlo como referencia para administrar el tiempo.
No se trata de un calendario solar ya que consta de doscientos sesenta días, sino una especie de plantilla que estructura armónicamente el tiempo natural.
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