Kapalabhati, la poderosa respiración de fuego
La kapalabhati o respiración de fuego, es uno de ejercicios purificadores más potentes, pertenecientes al antiguo arte del Pranayama (técnicas de control respiratorio asociadas a la tradición yoguica).
El término kapalabhati se traduce como “limpieza del cráneo” o “cráneo brillante”, una referencia a la capacidad de aumentar la concentración y la paz interior, que conlleva la práctica de este ejercicio.
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Otros de los beneficios vinculados con la ejecución de la kapalabhati, es la limpieza del canal respiratorio y los pulmones, gracias a las exhalaciones completas (sin dejar residuos de aire).
La técnica también estimula el buen funcionamiento del aparato digestivo, especialmente el estómago, debido al movimiento constante del diafragma (ascendente y descendente), durante los ciclos de respiración.
De igual forma, los practicantes de kapalabhati sostienen que este ejercicio favorece la circulación sanguínea, al aumentar el nivel de oxígeno en la sangre; y mejora la elasticidad de los músculos abdominales.
La respiración de fuego:
- contrarresta los efectos acumulados del estrés;
- beneficia la memoria y la concentración;
- aumenta la capacidad pulmonar;
- elimina espasmos en los bronquios;
- aumenta la vitalidad física;
- y libera las emociones.
Precauciones relacionadas con la kapalabhati
La ejecución de la kapalabhati está especialmente indicada para personas que afrontan la lucha contra adicciones; y pacientes de asma, bronquitis, sinusitis, dolores de cabeza (migrañas), obesidad, tensión baja y fatiga mental.
Sin embargo, como en otros ejercicios propios del Pranayama, se recomienda iniciar las prácticas bajo la supervisión de un instructor calificado, ya que el aumento de los ciclos de respiración debe ser gradual.
Generalmente, se inicia con ciclos de respiración de un minuto, al que se irá añadiendo un período igual de tiempo (un minuto), conforme se domine la técnica, hasta llegar a los 10 minutos.
Es posible que durante la actividad, el ejecutante sienta mareos producto del cambio en el proceso de respiración. En estos casos, se debe detener el ejercicio y retomar el patrón respiratorio normal, para anular los síntomas.
La práctica de la kapalabhati está contraindicada (no recomendada) para mujeres embarazadas o menstruantes; pacientes de epilepsia, lesiones cerebrales, hipertensión, tumores en la zona abdominal, depresión crónica, enfisema pulmonar y enfermedades cardiovasculares.
¿Cómo realizar la kapalabhati?
La característica principal de la kapalabhati es la inspiración suave y amplia (llenar los pulmones de aire por completo), acompañada por una espiración enérgica (fuerte), que permita la expulsión del aire en su totalidad.
Durante la exhalación los músculos abdominales se contraen para propiciar la salida del aire. El eje del proceso es la exhalación (no la inspiración y retención), por lo tanto debes focalizar en ella tu atención.
Para realizar la kapalabhati, debes sentarte cómodamente en el suelo o una silla, con la columna erguida. Es importante mantener la posición, durante toda la ejecución de la actividad.
Realiza tres respiraciones profundas para preparar el organismo, antes del ejercicio. Vacía por completo el aire residual que pueda quedar en los pulmones, y realiza una inspiración profunda y lenta.
Sin retener el aire, exhale por la nariz con fuerza, contrayendo el abdomen. Continué hasta vaciar todo el aire. Repita la respiración, descontrayendo los músculos al inhalar.
Cada ciclo de kapalabhati está formado por 20 respiraciones iguales. Ejecuta el ejercicio a tu propio ritmo, sin forzarte. Recuerda que si experimentas mareos, debes abandonar la práctica y volver a tu respiración habitual.
Cada vez que termines un ciclo de kapalabhati, realiza una inspiración profunda acompañada por dos o tres espiraciones suaves (de acuerdo con tu capacidad), para regular el ritmo de la respiración.
Una sesión de kapalabhati (generalmente) comprende la ejecución de tres ciclos. Conforme la práctica avanza, el estudiante aumentará su capacidad pulmonar, y el número de respiraciones que acompaña cada ciclo.
El mejor momento del día para practicar esta técnica es al despertar o en horas de la mañana, antes de ingerir los alimentos.
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