Yoga tibetano, el milenario arte del Lu Jong
Tiempo de lectura: 
El yoga tibetano o Lu Jong es una antigua disciplina que combina los movimientos físicos y la atención plena, para estimular el flujo energético y el despertar de la conciencia espiritual.
Las raíces del yoga tibetano están relacionadas con el Bön (corriente espiritual chamánica del Tíbet), la medicina tradicional tibetana y el Vajrayana (camino místico budista, también llamado budismo tántrico).
¡Suscríbete a nuestra newsletter!
¿Te encanta la astrología? ¡Recibe contenido exclusivo!
Se dice que el Lu Jong tiene más de tres mil años de antigüedad. La técnica fue perfeccionada por los monjes budistas tibetanos, que buscaban un método de purificar el cuerpo, durante el trabajo meditativo.
La versión moderna del yoga tibetano es conocida gracias a la difusión del maestro budista y doctor en medicina tibetana, Tulku Lobsang Rinpoché (1976), quien se interesó en convertir el Lu Jong en un sistema accesible a todos.
Lee también: Mantras tibetanos de sanación y bienestar
Los movimientos del Yoga Tibetano
La estructura del yoga tibetano, propuesta por Tulku Lobsang Rinpoché, abarca 38 movimientos, distribuidos en 2 niveles: el primero compuesto por 4 grupos de 23 secuencias, y el segundo por 3 grupos de 15 movimientos.
En el primer nivel, el estudiante aprende los movimientos de los 5 elementos, los movimientos de las 5 partes del cuerpo, los movimientos de los 5 órganos vitales, y los movimientos de las 6 condiciones.
Los movimientos de los 5 elementos se identifican como:
- el ganso salvaje bebe agua (espacio);
- el yak mueve la cabeza (tierra);
- el caballo salvaje duerme (viento);
- el halcón gira en el viento (fuego);
- y la nueva montaña se eleva (agua).
Esta secuencia es las más conocida del yoga tibetano, y está orientada a trabajar el equilibrio físico de los 5 elementos y los tres humores de la medicina tibetana: lung (viento), bilis (fuego), y flema (agua).
Por otra parte, con los movimientos de las 5 partes del cuerpo, se pretende mejorar la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones. Cabe destacar que el Lu Jong otorga gran importancia a la columna vertebral.
Asimismo, los movimientos de los 5 órganos vitales se enfocan en mejorar el flujo de sangre y oxígeno hacia riñones, corazón, pulmones, bazo e hígado, además de remover los bloqueos que obstruyan los canales energéticos hacia estas áreas.
Finalmente, con los movimientos de las 6 condiciones, el practicante se conecta con los 5 sentidos (vista, olfato, audición, tacto y gusto), mientras colabora en el alivio de 6 dolencias (indigestión, depresión, tumores, retención de líquidos, incontinencia y baja temperatura corporal).
Las secuencias del segundo nivel corresponden a los movimientos para prevenir enfermedades, movimientos para liberarse de dolores musculares y articulares, y movimientos para fortalecer el cuerpo y la mente.
Los movimientos del yoga tibetano toman en cuenta la relación entre los meridianos energéticos del cuerpo, el equilibrio de los 5 elementos y los 3 humores, y la atención en el presente (meditación en movimiento).
Al contrario del yoga tradicional que hace hincapié en la ejecución de asanas (posturas corporales mantenidas durante un período de tiempo), el Lu Jong se centra en realizar movimientos fluidos, en una especie de danza.
Beneficios de la práctica del yoga tibetano
Las secuencias de movimientos del Lu Jong están diseñadas para trabajar varias zonas del cuerpo al mismo tiempo, tanto en el plano físico como en el energético, ya que involucra los meridianos (canales que conducen la energía).
Los practicantes del yoga tibetano afirman que esta disciplina mejora la condición física; fortalece el sistema inmune; agudiza la conciencia del yo; proporciona paz interior y claridad mental.
El Lu Jong contribuye a mantener la flexibilidad de la columna vertebral y articulaciones; también anula los bloqueos energéticos que puedan crearse en esta importante área (la espina dorsal), y enseña el control de la respiración.
En el plano psicológico, la práctica de la disciplina facilita los procesos de concentración y relajación; además de activar la compasión y contribuir a la sanación de heridas emocionales, mediante la contemplación del yo.
Te puede interesar:
